‘Puta’ y ‘maricón’ son los insultos más repetidos en las redes sociales. A pesar de haber recibido una educación en igualdad, la gente joven sigue reproduciendo los estereotipos clásicos de género, sólo que, ahora, lo hace a través de un altavoz universal.
Ianire Estébanez, psicóloga especialista en violencia contra las mujeres, jóvenes, relaciones y amor y administradora del blog Mi novio me controla lo normal, ofreció una conferencia sobre ‘El amor en los tiempos de las redes. Prevención e Intervención en violencia en las relaciones entre jóvenes’ en la jornada que sirvió como clausura del Máster de Intervención en Violencia contra las Mujeres que imparte la Universidad de Deusto con ayuda de Emakunde.
Ianire Estébanez derrochó inteligencia e ironía para presentar el panorama actual en el que ‘se sigue reproduciendo la misma violencia de siempre, pero de nuevas formas’. Tal vez, sea porque las jóvenes ‘perciben que eso de la violencia de género es un fenómeno que sólo ocurre a mujeres de cierta edad y que conviven con sus agresores’. Es una prueba de que perciben el problema como si fuera ajeno a ellas. Viven como si el triunfo de la idea de igualdad se hubiera convertido, ya, en realidad.
Pero siguen siendo ‘yonquies del amor’. Aunque las relaciones, ahora, sean menos estables, persisten los patrones patriarcales. Las chicas están orientadas hacia el amor, están educadas para él. Ellas siguen buscando protección, seguridad, agresividad y dominación, a la vez que siguen albergando la clásica ‘perspectiva de cambio’.
Por su parte, el 80% de los chicos sigue valorando el aspecto físico y comprenden el respeto y la afectividad en las relaciones, pero sólo desde un punto de vista ético, no desde el deseo.

La búsqueda de novio sigue presionando a las mujeres. Se les exige la deconstrucción de su identidad para adaptarse a la de otro. La alternativa se convierte en una amenaza: quedarte como la solterona de los gatos. Para que eso no ocurra, se presenta el modelo de relaciones que muestran los reality shows, por ejemplo, y que se reproducen exponencialmente a través de las redes sociales.
La conectividad constante multiplica los insultos y las humillaciones sobre los cuerpos de las mujeres, pero, a cambio, nos ofrecen una visibilidad constante. Las tecnologías visibilizan, todo es público y eso hace que las terceras personas lo tengamos, también, más fácil para actuar.
Raquel Royo, directora del Máster de Intervención en la violencia contra las Mujeres, presentó esta jornada y lanzó un mensaje positivo sobre la ‘gestión de la esperanza’, mientras que Eduardo Ruiz Vieytez, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto, recordó que ‘es peligroso relajarse en la defensa de los derechos humanos, por mucho que pensemos que ya hemos pasado un umbral sin vuelta atrás’. También estuvo presente la directora de Emakunde Miren Izaskun Landaida Larizgoitia.