Día de la MEMORIA

memoria-pvHoy, 10 de noviembre, en Euskadi se celebra el Día de la Memoria. Desde aquí, queremos recordar a todas las víctimas y nos sumamos al reconocimiento que hace Gogoan al grupo de víctimas que participaron en la iniciativa Glencree:  Ellas nos enseñaron que eran capaces de reconocerse en la injusticia que habían sufrido y que veían en las demás y, en ese reconocimiento del dolor y de la injusticia, se posicionaron sinceramente contra el uso de la violencia. (Artículo publicado en El Diario Norte)

Os invitamos a leer la Declaración del Día de la Memoria tal y como se firmó hace seis años.

 

Cese definitivo de la actividad armada

fin-eta-portadaHoy hace cinco años, ETA nos comunicó su decisión de mantener un «cese definitivo de su actividad armada». ETA contextualizó su decisión con frases como «En Euskal Herria se está abriendo un nuevo tiempo político», «Estamos ante una oportunidad histórica«, «La lucha de largos años ha creado esta oportunidad» o «Es tiempo de actuar con responsabilidad y valentía«.

Aparentemente, nada parecía ser tan nuevo; ni siquiera el propio anuncio de ETA. Sin embargo, este comunicado pasará a la historia de nuestra vida, de la de todxs nosotrxs porque fue el día que se terminó el terrorismo. Aquí puedes leer el comunicado completo.

Hoy, cinco años más tarde, Radio Euskadi de la mano de Dani Alvarez ha realizado un programa especial sobre el fin de la actividad de ETA. En dicho programa han participado Maixabel Lasa, ex Directora de la Oficina de Atención de Víctimas del Gobierno Vasco e Isabel Urkijo, activista social y ex miembro de Gesto por la Paz.

«El mejor reconocimiento que podemos hacer a las víctimas es saber que la paz nunca tuvo un precio»

«Hace falta que la izquierda abertzale haga autocrítica y una importante pedagogía, especialmente entre los más jóvenes para que no se repitan casos como el de Alsasua o Hernani»

Puedes escuchar sus intervenciones a partir del minuto 63:56  de esta grabación: Boulevard de Radio Euskadi.

Si lo deseas, puedes dejarnos tus comentarios.

Paz en Colombia

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Es muy posible que las cifras de víctimas de procesos violentos largos nunca sean definitivas, pero, al menos, podrán ser aproximativas y siempre demoledoras. El periódico «El Tiempo» de Bogotá recientemente llenó la portada con una cifra: 267.162 que son las víctimas mortales causadas en los 52 años de confrontación entre las FARC y el Estado colombiano. Además, hay que sumar las personas secuestradas, las desplazadas, las desaparecidas… una auténtica tragedia a la que posiblemente se ponga fin con la firma del Acuerdo de Paz al que han llegado el Gobierno de Colombia y los representantes de las FARC. 
Un grupo de colombianxs del País Vasco nos invitan a compartir con ellos la gran alegría que deben sentir al poner fin a este horror. No es de extrañar que quieran salir a la calle a celebrarlo, aunque sea a tantos miles de kilómetros de su querida Colombia. Esta violencia ha durado tanto que un porcentaje alto de colombianos no habrá conocido otra situación que la de una guerrilla salvaje viendo enemigos en cualquier familia y un Gobierno dando a diestro y siniestro sin contemplaciones, al margen de que estuvieran o no relacionados con la guerrilla. ¡Claro que estarán felices de que haya terminado esta pesadilla! ¡Cómo no!
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Acto de Gesto por la Paz. Bilbao, 22 de octubre de 2011. El Mundo

Cuando ETA declaró el «fin de su actividad armada» muy pocas personas en Euskal Herria salimos a la calle a ‘festejar’ el final de nuestra tragedia particular.
¡Por fin, había terminado aquella pesadilla!
¡Por fin, se pudo empezar a vivir con la normalidad tan ansiada!
Tras 50 años, ¡por fin se empezó a respirar paz en Euskal Herria!

Quizás deberíamos preguntarnos por qué contuvimos nuestra alegría.

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Acto de Gesto por la Paz. Bilbao, 22 de octubre de 2011

Terrorismos

«El terrorismo que se emplea contra las mujeres no tiene siglas, pero sí un nombre: machismo. No persigue fines políticos ni religiosos concretos, pero toda la estructura social, todas las normas de conducta, la publicidad, la educación, los convencionalismos no solo lo amparan, sino que fomentan este machismo. Y los más exacerbados ejecutores del terrorismo machista están dispuestos a quitarse la vida después o a pasar el resto de sus días en la cárcel; esto es, se igualan bastante a los fanáticos del otro terrorismo

Es parte del artículo  «Terrorismos»  publicado en  El Diario Norte el 1 de julio de 2016.

 

 

Bruselas, capital de Europa

ISIS ha cometido una nueva barbaridad. Esta vez ha sido en Bruselas y por eso nuestro ámbito en redes sociales se llena de mensajes de condena, de informaciones, etc. de lo que ha ocurrido en la capital belga. Vaya por delante nuestra más sincera solidaridad hacia las familias de las víctimas y hacia todas las personas heridas y nuestro sentido duelo por todas las vidas que han sido injustamente arrebatadas, las de ayer y las que les precedieron.

Si ya es difícil de ‘argumentar la conveniencia’ de una guerra donde dos bandos militares se dedican a aniquilarse – perdón,  más que aniquilarse entre sí, se dedican a aniquilar a la población civil-, resulta absolutamente imposible encontrar la más mínima razón que pudiera contextualizar el terrorismo.

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La RAE define el terrorismo como ‘sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror’. Y este terror no tiene otro objetivo que no sea el sometimiento del aterrorizado. En métodos y en fines es absolutamente condenable.

Desde el atentado de París, se ha escuchado  en los medios de comunicación que la actitud de la policía y la justicia belga en relación a los yihadistas no era la óptima en una situación de cierta prevención como la que puede vivir Europa en estos últimos años. El hecho de que la mayoría de ‘los más buscados’ por su implicación en actos terroristas hubieran pasado o tuvieran residencia habitual en Bélgica, al parecer, hizo pensar a su gobierno que, haciendo una demostración de su potencial bélico, conseguirían atemorizar a quienes tuvieran terroríficos planes. Por desgracia, ayer se demostró que eso no era más que una ilusión. Vamos, que fueron unos auténticos ilusos quienes planificaron la presencia del ejército por las calles para amilanar a quienes están dispuestos a inmolarse por ‘su causa’.

La sangría de jóvenes europeos que se incorporan a las filas de ISIS y grupos similares, debería animar no  tanto a incrementar controles, a militarizar la vida civil, a iniciar guerras santas contra no se sabe bien quién, como a pensar en qué Europa hemos construido y cuál queremos que sea. No se trata de autoinculparse, sino de fortalecer todos aquellos valores a los que Europa siempre ha aspirado. La democracia, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad no pueden sucumbir a las amenazas externas, ni internas -Hitler fue europeo,  pero hasta hace bien poco, nos avergonzábamos de él y condenábamos lo que hizo- y así terminar con lo que queremos que sea Europa. Cerrar las fronteras a los refugiados, esto es, cargarse de un plumazo todos los acuerdos internacionales de solidaridad, es una demostración de esta renuncia que, por desgracia, jamás nos librará del fanatismo externo e interno, pero que ya nos convierte en menos Europa de lo que éramos ayer.

sorry
noenminombre