La reivindicación desde el arte

En ocasiones, es difícil llegar a saber cómo un libro escrito en Bilbao consistente, fundamentalmente, en doce relatos de víctimas de la violencia machista, llega a formar parte de la obra de una artista internacional como Jenny Holzer. Esto ha ocurrido con Voces para ver.

Entre todas las coincidencias que pudieran haber ocurrido, la más natural es la de las víctimas con la artista. Y es que Jenny Holzer pone su arte al servicio del ser humano y denuncia una y otra vez cada uno de los abusos de poder: el abuso hacia las personas refugiadas por la guerra, el abuso con las propias víctimas de la guerra,  el abuso del Estado con las personas a través de los malos tratos y las torturas…. y, también, la violencia contra las mujeres. En este sentido, Jenny Holzer utiliza los textos de Voces para ver para armar esa denuncia.

Tamalez, zoriontasun oso hori 10 urte bete nituenean amaitu zen. Arratsalde horretan lehengusu-lehengusinak etxera etorri ziren urtebetetzea ospatzera. Dena bikaina zen. Urtebetetzea nire eguna zen. Zoriontsua nintzen. Kandelei putz egin ondoren, aitak esan zidan opari bat zuela niretzat eta bere gelaraino jarraitzeko adierazi zidan. Armairuaren tiradera batetik kutxatila bat atera eta Inoxcrom boligrafo zilarreztatu eta granatea eman zidan. Begiratu nion eta bi musu emateko nengoenean, besarkatu egin ninduen. Ez ninduen askatzen. Hari itsatsita egon nintzen tarte batez. Zerbait oso arraroa zen. Gogoratzen naiz zarata ateratzen zuela arnasa hartzean. Deseroso sentitu nintzen, baina ez nekien zergatik.

 

¿Cómo llegaron los «tentáculos» de la artista hasta Voces para ver? No lo sabemos, pero para nosotras, Kamaraka-Contenidos, es un importante reconocimiento al trabajo que hacemos en favor de la igualdad y, especialmente, al trabajo que realizamos para denuncia la violencia machista y sensibilizar a la ciudadanía en general de este grave problema.

Beti egiten dugu berak nahi duena, sexurik ez dudala nahi esatea bururatzen bazait, haserretzen delako eta, azkenean, edozer egiten duelako nirekin larrutan egiteko. Beraz, gaur ere film pornoa, eta ni protagonista.

Cuando escribimos Voces para ver para la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, nuestro objetivo era contribuir a visualizar la violencia machista. Nos sentimos muy satisfechas al saber que se hizo una segunda edición del libro porque eso suponía que llegaba a más manos, a más ojos, a más mentes… Desde aquí, queremos agradecer a Jenny Holzer que haya propulsado nuestra iniciativa desde Bilbao, desde el Museo Guggenheim, hasta el mundo.

 

Violencia contra las mujeres, Ana Orantes

Un trágico año

1997 fue un año especialmente significativo por dos hechos trágicos: el muy recordado asesinato de Miguel Ángel Blanco y la convulsión que supuso para toda la sociedad vasca y española en general; y el asesinato de Ana Orantes Ruiz a manos de su marido José Parejo Avivar.

Si para mucha gente el primer asesinato supuso un antes y un después en la historia de ETA y el País Vasco, el asesinato de Ana Orantes Ruiz de 60 años, supuso la creación del mayor espejo posible en el que mirarse toda la sociedad en general para, por fin, ver la violencia de género, la violencia que muchos hombres ejercen contra sus parejas. José Parejo Avivar, lejos de terminar con su ex pareja, de pretender borrarla de la existencia, la convirtió sin pretenderlo en un hito del que difícilmente se podrán olvidar no solo las feministas que la adoptaron como el mayor icono para denunciar la violencia de género, sino también para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad respecto a esta violencia.

La denuncia pública

¿Cuál fue la guinda por la que José Parejo Avivar decidió asesinar a su ex pareja? Ana Orantes había denunciado el 4 de diciembre ante toda Andalucía en un programa de Canal Sur los malos tratos a los que le sometió su marido durante 40 años.

El impulso de la LIVG

Tres días más tarde, el 17 de diciembre de 1997, José Parejo Avivar de 61 años, la asesinó. Por fin, cumplió la amenaza que estuvo presente todos los días de la vida de Ana, pero José Parejo erró en su objetivo. En primer lugar, erró porque después de golpearla brutalmente y mientras la quemaba dijo: «Te lo mereces por todo el daño que me has hecho«. No, ni ella ni ninguna mujer se merece ser asesinada, ni ser maltratada como lo fue Ana Orantes y tantas otras mujeres asesinadas antes y después que ella. Y en segundo lugar, erró porque no terminó con Ana; de hecho, Ana Orantes supuso el inicio de toda una ‘revolución’ legislativa que culminó con la LIVG (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género).

Esta LIVG ha tenido sus luces y sus sombras, pero fue muy novedosa y muy reconocida en los países cercanos. Trece años más tarde, deberíamos plantearnos si la Ley está cumpliendo su objetivo: si esta Ley protege a las mujeres del riesgo de ser asesinadas o sólo afecta al maltrato ‘menor’, si la denuncia es la solución o un medio que está más al final del camino que al inicio, si las medidas de protección son efectivas enfocándolas sobre las mujeres o si, por el contrario, deberían ser los hombres los vigilados y, sobre todo, en qué han quedado todas las medidas de concienciación, educación y prevención que acompañaban a la parte punitiva.

La culpabilidad

José Parejo Avivar cumplió condena hasta el 2004 que murió en la cárcel de Albolote. Ninguno de sus hijas/os asistieron al entierro

Si, al menos, en estos trece años se hubiera conseguido eliminar la creencia de que la mujer tiene la culpa de lo que le ocurre, podríamos sentirnos satisfechas, pero no es así. Seis años después de la LIVG aún se escribía esto en la prensa:  «Amelia tenía 36 años y vivía en Bilbao. Hace unas semanas cometió un error, el mismo que cometen muchas de las mujeres que acaban formando parte de esta negra estadística: volver a convivir con el hombre que presuntamente la maltrataba y al que el juez había impuesto una orden de alejamiento tras una agresión cometida en mayo.» ¿Error? ¿presumente la maltrataba?…

En lugar de dudar de y culpabilizar a la mujer, a nadie se le ocurre preguntar por qué un hombre que maltrata a su pareja, que la golpea hasta hacerle sangrar, que la humilla, que la desprecia, que le anula la autoestima, que la aisla, que la insulta, que la escupe… ¿por qué vuelve con ella? ¿No es esa actitud mucho más extraña?

Su herencia

Raquel Orantes, hija de Ana Orantes, ha publicado una estremecedora carta sobre lo que supuso el asesinato de su madre para ella, para su familia y para toda la sociedad. «Las víctimas, palabra que no me gusta porque somos supervivientes de la violencia -y tú lo sabes mejor que nadie-, siguen siendo las mismas. Siguen asesinando con impunidad; seguimos siendo, desgraciadamente, ciudadanas de segunda; y ley, hoy por hoy, no ha conseguido todo lo que debería.»

Carta de Raquel Orantes

 

 

‘El silencio siempre favorece al agresor’

El 13  y 14 de julio, se celebró en Donostia-San Sebastián un interesantísimo curso de verano sobre la violencia machista,  ‘Violencia de género. Propuestas legislativas y el derecho a la intimidad de las víctimas‘, dirigido por la abogada Izaskun Porres García.

El curso ofreció distintas perspectivas desde las que abordar la violencia machista:

  1. perspectiva jurídica: la función del Derecho Penal en la violencia machista
  2. perspectiva victimológica: atención y protección a las víctimas de esta violencia
  3. perspectiva social: la  función de los medios de comunicación
  4. perspectiva criminológica: conocimiento de las características de esta violencia para su prevención
  5. perspectiva judicial: viabilidad de la justicia restaurativa para la violencia machista

 

Violencia machista y legislación

Las personas ponentes de cada uno de los apartados fueron de una calidad difícilmente superable. En la primera jornada intervinieron Adela Asua Batarrita, catedrática de Derecho y ex miembro del Tribunal Constitucional, Ana María Ferrer García, magistrada del Tribunal Supremo, María Angeles Carmona Vergara, Presidenta del Observatorio de la violencia sobre la mujer, Marta Sánchez Recio, fiscal de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, Karmelo Martínez Sarobe, jefe de la comisaría de la  Ertzaintza de Hernani, Idoia Pérez Arnaiz miembro del Servicio de Atención a la Víctima y Gema Varona Martínez, Presidenta del IVAC.

El contenido de esta jornada versó fundamentalmente sobre la legislación que trata de abordar este tipo específico de violencia.

 

Estas fueron algunas de las reflexiones y datos que ahí se ofrecieron:

  • Actualmente, se deposita una excesiva responsabilidad en el Derecho Penal para tratar de ofrecer una solución a la violencia de género. El Derecho Penal no puede ser ‘la solución’. Tienen que existir una serie de políticas públicas que acompañen al Derecho Penal.
  • El protocolo de actuación no puede ser tan rígido porque no todas las situaciones son  iguales ni todas las agresiones son de igual gravedad y ni todas pueden tener  como objeto la dominación. Es imprescindible que haya una mayor flexibilidad.
  • El Derecho Penal tiene por objeto reprobar, castigar al culpable con objeto también de aleccionar al resto de la sociedad, pero la pena también tiene otro componente que no se puede obviar: la reinserción del penado.
  • El mayor problema con el que se encuentran los administradores de justicia es ‘la prueba’. En la mayoría de los casos, suele ser la declaración de la víctima.

  • Se anima a las mujeres maltratadas o en situación de maltrato a denunciar, pero es imprescindible realizar un trabajo previo que prepare a la mujer a enfrentarse con la situación que se creará: nueva situación económica, ‘desprestigio’ social, fuerte tensión con la pareja, etc.
  • El enjuiciamento rápido de los casos de violencia de género provoca el ocultamiento de los malos tratos habituales. De esta manera, el 80 % de los casos juzgados son de violencia ocasional contra la mujer y solo el 20 % corresponde a violencia habitual.
  • Los datos reflejan que se está produciendo un descenso de las denuncias realizadas por los familiares. Esto significa una preocupante pérdida de asunción de la responsabilidad de estas personas respecto a su familiar maltratada.

 

Derecho de información y derecho a la intimidad de la víctima

En la segunda jornada se trabajó sobre el derecho a la intimidad de las víctimas de la violencia de género. Para este tema, se contó con las reflexiones de Iñaki Subijana Zunzunegui, Presidente de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, Lourdes Pérez Rebollar, periodista subdirectora de El Diario Vasco y Lucía Martínez Odriozola profesora de la UPV-EHU, periodista y co-fundadora de la revista Pikara Magazine.

Por desgracia, no pudo producirse el deseado debate entre los distintos posicionamientos de las dos periodistas, pero las exposiciones de los tres ponentes principales fueron realmente interesantes y clarificadoras. Aquí recogemos algunas de las ideas que se plantearon:

  • No existen derechos absolutos por lo que el juez debe ponderar entre los dos derechos que están en  lidia: el derecho a la información y el derecho a la intimidad.
  • Existe una legislación europea y desde el Estatuto de la Víctima que protegen los derechos a la intimidad de las víctimas y los informadores deben responsabilizarse al ofrecer la información respetando los derechos que les asisten; esto es, valorar si realmente es necesaria la identificación de la víctima para informar sobre lo acontecido. ¿Qué aporta tal identificación?
  • Ante este tipo de violencia, el informador, además de informar, debe hacer lo posible por detenerla. En este sentido, es beneficioso realizar un relato que conmueva a la sociedad para que se conciencie sobre la gravedad de la violencia de género.
  • La violencia de género es una violencia  estigmatizante.
  • Cuando se informa de la violencia de género, el trato que se da al agresor es muy distinto al actor de otro tipo de delitos. Por ejemplo: cuando hay  un robo, la policía enseguida ofrece datos sobre sus antecedentes; sin embargo, con la violencia de género, incluso llegan a ocultar la información sobre si ha habido previamente denuncia o no.
  • El foco informativo de un caso de violencia de género tiene que ponerse en el agresor, como ocurre con otros delitos.
  • El causante de estos asesinatos no son el alcohol, ni las drogas, ni una discusión… la razón es la relación de poder que se establece en una sociedad heteropatriarcal.
  • Resulta absolutamente imprescindible cuidar el lenguaje que se utiliza para hablar de esta violencia y desterrar expresiones como ‘la violencia de género se cobra una nueva víctima’, ‘la mujer confiesa que su marido le había pegado en más ocasiones’, ‘una mujer se muere a manos de su marido’, ‘la presunta víctima de violencia de género’

Desde  aquí deseamos felicitar a Izaskun Porres García por el  éxito del curso: hubo mucha asistencia sobre todo de mujeres jóvenes. Quizás convendría que nos preguntáramos por qué es un tema que no interesa a los hombres. Y para terminar también deseamos felicitar a los ponentes por la gran calidad de sus exposiciones.

Nos quedamos con la frase de Lourdes Pérez Rebollar:

El silencio siempre favorece al agresor

El libro «Voces para ver / Ikusteko ahotsak»

Una vez presentado el trabajo sobre violencia contra las mujeres que hicimos para el Departamento de Empleo, Inclusión social e Igualdad en el libro ‘Voces para ver / Ikusteko ahotsak‘, os animamos a que lo leáis, opinéis sobre el mismo y, si os convence, utilicéis esta herramienta para contribuir a terminar con esta salvajada porque nos cuesta encontrar otro calificativo para esta violencia.

Libro electrónico

En caso de que lo deseéis en otro formato, pedídnoslo.

Esta violencia está presente con una frecuencia alarmante en los informativos, sin embargo, la mayoría social la sigue considerando como ajena, como si afectara a ‘otr@s’, como si fueran asuntos privados que no deben afectar a la colectividad. Debemos hacer todo cuanto esté en nuestras manos por cambiar esta mentalidad porque no podemos vivir como si cada año no fueran asesinadas 60 mujeres; como si cada año, no identificáramos a 60 asesinos más.

  • 1 de enero, Hortaleza;
  • 4 de enero, Rivas de Vacimadrid;
  • 14 de enero, Burlada;
  • 15 de enero, Huércal de Almería;
  • 28 de enero, Seseña-Toledo;
  • 29 de enero, O Carballiño-Orense;
  • 3 de febrero, Madrid;
  • 5 de febrero, Mora;
  • 7 de febrero, Suria-Barcelona;
  • 9 de febrero, Seseña-Toledo;
  • 11 de febrero, Xátiva-Valencia;
  • 13 de febrero, Daimiel-Ciudad Real
  • 19 de febrero, El Campello-Alicante

Nunca olvidemos que por cada mujer asesinada hay miles de mujeres maltratadas. Ni olvidemos que por cada asesino que descubrimos, hay miles de torturadores.

Os invitamos a ver el acto de presentación en el que destaca la intervención de Miguel Lorente Acosta: PRESENTACIÓN