
No es la imagen de la Ertzaintza esperando una gran manifestación cuyas previsiones de disturbios estuvieran prácticamente aseguradas. No. Es la policía preparada para ‘mantener el orden’ en el trascurso de las fiestas populares en Irún el pasado año.
Cualquiera que no conozca lo que ocurrió y ocurre en Irún y en Hondarribia durante sus fiestas, pensaría que ‘esto no puede pasar’. Pues sí, pasó y sigue pasando.
En la década de los 90, en estos dos municipios a unos grupos de vecinos, fundamentalmente compuestos por mujeres, les dio por defender de manera pacífica la extraña idea de que en el acto principal de sus fiestas, el Alarde, las féminas pudieran participar no solo como ‘cantineras’, sino como participa cualquier hombre que lo desea de Irún y de Hondarribia. ¡Vaya locura!
Como se ve en el inicio del vídeo, eran tiempos en los que los mamporrazos a vecin@s se distribuían con cierta ligereza. Nos referimos a las agresiones contra las personas portadoras del lazo azul. Bien, pues la tensión creada por quienes se manifestaban en contra de la petición de participación igualitaria en las fiestas fue tal que sus expresiones recordaban mucho a la intolerancia y el fanatismo de quienes pretendían acallar la petición de libertad de las personas secuestradas.
La red está llena de otras imágenes donde se puede ver mucha más tensión y violencia, pero hemos elegido estas porque no son de 1997, sino de hace dos, tres, cuatro años… Vamos, que pueden pasar más de 20 años y las cosas mejoran… más bien poco. ¿Se puede entender que un pueblo quede dividido en dos durante las fiestas que son momentos propicios para el disfrute en comunidad con toda la vecindad y las personas visitantes por reivindicar que las mujeres puedan participar de igual manera que los hombres en el acto principal de la fiesta? ¿Hasta dónde se enconan las posturas cuando se trata de la igualdad de unas y otros?
No es de extrañar que hoy llueva en Irún. No es para menos. A pesar de los años de reivindicación de igualdad, resulta que el Alcalde de Irún, José Antonio Santano, recibe exclusivamente al ‘alarde tradicional’; y este año, como novedad, se deja caer el Delegado de Gobierno, Javier De Andrés, para apoyar también ‘el tradicional’. Luego están los ‘quedabien’ como el Diputado Denis Itxaso que se ha comprometido a participar en los dos, como si se pudiera estar por la igualdad y por la desigualdad sin ningún rubor. Eso sí, la directora de Emakunde, Izaskun Landaida, y el Ararteko, Manuel Lezertua, como no podía ser de otra manera, han apoyado el alarde público, el de la igualdad, lo mismo que las parlamentarias, Maddalen Iriarte o Eukene Arana. ¡Menos mal!
Veamos cómo nos lo cuentan:
Si nuestros representantes políticos faltan al respeto de esta manera a lo que ya se ha convertido en un símbolo de igualdad como son los alardes y la mayoría de los medios de comunicación nos lo trasmiten dejando claramente en un segundo lugar el alarde de la igualdad, ¿qué podemos esperar del resto de la ciudadanía?
Ya es hora de que la igualdad se tome en serio, de que sus reclamaciones dejen de ser peticiones secundarias siempre prescindibles en favor de otro bien mayor. Esto tiene que cambiar.