La reivindicación del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, afecta al 50 % de la población que son víctimas y/o víctimas potenciales y a un porcentaje también muy alto, – sí, mucho más alto del que nos gustaría reconocer- que correspende a los víctimarios porque éste no es un problema exclusivamente de mujeres. Si fotografiamos las concentraciones y manifestaciones que se convocan cada vez que ocurre una agresión especialmente fuerte (asesinato, violación o paliza, si es que esta se ha conocido públicamente), la imagen que sale SIEMPRE es de mujeres protestando. Parece como si sólo víctimas o víctimas potenciales fueran capaces de empatizar con la agredida. ¿Alguien se puede imaginar a niños menores de ocho años manifestándose por las calles porque se ha destapado otro caso de pederastia? ¿Una locura, verdad? Pues esto es lo que ocurre cada vez que se convoca una manifestación contra la violencia machista.
Sin embargo, esta inhibición del hombre no es más que un síntoma del gravísimo problema que tenemos delante: la violencia machista es una consecuencia de la estructura social en la que está instalada nuestra sociedad y que está basada en el sometimiento de la mujer por el hombre. ¿Suena radical? Pues no.
Si pensamos en un concepto de sometimiento burdo, quizás la afirmación sí podría parecer un tanto radical. Sin embargo, ni siquiera este tipo de sometimiento ha desaparecido, como habéis podido ver en el mapa sobre la violencia machista de Bizkaia.
Para los incrédulos y las resistentes a abrir los ojos a la realidad, sería interesante que reflexionaran sobre la sofisticación del sometimiento a la mujer. Sin ir más lejos ¿cuál es ‘modelo de mujer’ triunfa en esta sociedad, el que los hombres quieren tener a su lado y al que muchas mujeres -las cosas como son- quieren parecerse? Pues sí, aunque las cosas van cambiando poquito a poquito, el «modelo de mujer» que mayoritariamente se vende en nuestra sociedad es el creado para satisfacer al hombre. Miremos el tipo de mujer que sale en… las películas, en la publicidad, en las revistas más vendidas…, el papel que desempeñan en todas las circunstancias, el relato que se escribe en torno a ellas, dónde se las ubica, qué valores trasmiten…
Sólo con una mirada crítica, llegaremos a observar este sometimiento. Sólo cuando lo veamos, seremos capaces de reaccionar ante él. Sólo cuando la mayoría social seamos conscientes de la justicia que representa la igualdad de derechos y oportunidades, de trato, de respeto entre los hombres y las mujeres, seremos capaces de elaborar un discurso realmente deslegitimador de la violencia machista.